Clase de Religión - Colegio Ntra. Sra. de la Consolación (Espinardo-MURCIA)
miércoles, 18 de noviembre de 2015
miércoles, 11 de noviembre de 2015
viernes, 30 de octubre de 2015
JOSÉ Y SUS HERMANOS - I PARTE
Esta historia de José la puedes leer en el libro de Génesis capítulo 37
A veces les contaba extraños sueños como éste:
“Estábamos todos los hermanos en el campo atando gavillas de espigas cuando vi que se levantaba mi gavilla y se tenía en pie, y los vuestros lo rodeaban y se inclinaban ante el mío, adorándole” Ellos le contestaban: “¿Es que vas a reinar sobre nosotros y vas a dominarnos?”
Otro día les decía: “mirad, he tenido otro sueño, he visto que el sol, la luna y once estrellas me adoraban” Ellos pensaban: “¡Qué soberbio!”. En el fondo le detestaban.
Un día, su padre le envió al campo para ver si todos sus hermanos, que estaban cuidando el ganado, se encontraban bien.
Cuando lo vieron acercarse dijeron: “Aquí viene el soñador, vamos a matarle y lo arrojaremos a uno de estos pozos y diremos que le ha devorado una fiera; así veremos de qué le sirven sus sueños”
Pero Rubén, que era el mayor y quería salvarle dijo: “No lo matéis, arrojadle en ese pozo que no tiene agua” Sus hermanos lo apresaron, le quitaron la túnica de colores que le había regalado su padre, y lo arrojaron al pozo. Después se pusieron a comer tranquilamente.
Pasó por allí una caravana de camellos que se dirigía a Egipto y entonces Judá, otro de sus hermanos, preocupado por José y temiendo que muriera tuvo una idea mejor: “Vamos a vendérselo a esos mercaderes, pues al fin y al cabo es de nuestra misma carne y dentro del pozo se morirá sin remedio”
Todos estuvieron de acuerdo y lo vendieron por veinte monedas de plata.
José fue llevado como esclavo al país de Egipto.
Luego tomaron la túnica que le habían quitado y la mancharon con sangre de un cabrito, y cuando llegaron a su casa dijeron a su padre: “A José le ha devorado una fiera”
Cuando Jacob reconoció la túnica de su hijo y la vio manchada de sangre, creyó la historia y lloró y se entristeció muchísimo pues quería a José con todo su corazón.
-¿Quién era José?
- Jacob amó a José mas que a todos sus hijos ¿Qué regalo especial le hizo jacob?
-¿Qué significaban los sueños que tuvo José?
-¿Por qué los hermanos de José conspiraron para matarle?
-¿Qué hicieron sus hermanos cuando vieron que José llegaba?
-¿Cuál fue el precio por el que vendieron a José?
-¿Por qué crees que José tenía tanta cercanía con Dios?
-¿Por qué prosperaba todo lo que hacía José?
-¿Crees que era trabajador, o esperaba que Dios le solucionase las cosas sin trabajar?
-¿Crees que sería triste o alegre?
martes, 27 de octubre de 2015
LUGARES MÁS IMPORTANTES DE LA VIDA DE JESÚS
ACTIVIDAD: Busca los lugares y colócalos en la imagen
1- Encarnación
e infancia, Lc 1, 26
2- Nacimiento,
Lc 2, 4-6
3- Bautismo,
Mt 3,13
4- Llamado
a sus discípulos, Mc 1, 16-19
5- Primer
signo del Reino de Dios, Jn 2,1-11
6- Calma
la tempestad, Mc 4, 35 (lago)
7- La
samaritana, Jn 4, 5-6
8- Sermón
del pan de vida Jn 6, 24
9- Resurrección
del hijo de la viuda Lc 7, 11-17
10- Multiplicacion
de los panes Lc 9, 10-17
11- Pedro
reconoce a Jesús Mc 8, 27
12- Transfiguración,
Mc 9,7 MONTE
TABOR
13- Curación
de Bartimeo Mc 10, 46-52
14- Resurrección
de Lázaro, Jn 11, 1-44
15- Ultima
Cena Lc 22, 19 – Muerte de Jesús Jn 19, 30
16- Aparición
a 2 discípulos después de la resurrección Lc 24, 13-35
lunes, 26 de octubre de 2015
LOS 7 SACRAMENTOS
¿QUÉ SON LOS SACRAMENTOS?
Los sacramentos fueron instituidos por Cristo. Son signos sagrados visibles de realidades invisibles en los que los cristianos podemos experimentar la presencia de Dios que sana, perdona, alimenta, fortalece y capacita para amar, ya que en ellos actúa la gracia de Dios.
Los sacramentos de la Iglesia son 7:
-Sacramentos de iniciación:
1. Bautismo: Nos une a Jesucristo. Nos introduce en su muerte salvífica en la cruz, y por ello nos libera del poder del pecado original y de todos los pecados personales, y nos permite resucitar con él a una vida sin fin. En el bautismo nos convertimos en miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, en hermanos y hermanas de nuestro Salvador e Hijo de Dios.
2. Confirmación: Después del bautismo, aquel que elige libremente por una vida como hijo de Dios, pide el don del Espíritu Santo que da la fuerza para ser testigo del amor y del poder de Dios con palabras y obras. Quien se confirma se transforma en un miembro pleno y responsable de la Iglesia Católica.
3. Comunión: En este sacramento Jesús se entrega a sí mismo por nosotros en su Cuerpo y Sangre, para que también nosotros nos entreguemos a él con amor y nos unamos a él en la Sagrada Comunión y a su único Cuerpo que es la Iglesia.
Cada Sagrada Comunión nos une más íntimamente con Cristo, nos convierte en un miembro vivo de su Cuerpo, nos renueva las gracias que hemos recibido en el bautismo y en la confirmación, y nos fortalece en la lucha contra el pecado.
-Sacramentos de curación:
4. Reconciliación o penitencia: Es el sacramento que nos permite reconciliarnos continuamente con Dios cada vez que sentimos que lo hemos ofendido.
5. Unción de los enfermos: Se unge la frente y las manos del enfermo con un óleo sagrado, acompañando todo con las oraciones correspondientes, esto para otorgar consuelo, paz, y ánimo al enfermo, y para unirlo de un modo íntimo con Cristo.
-Sacramentos al servicio de la comunidad y de la misión:
6. Orden Sacerdotal: Mediante este sacramento el sacerdote recibe como don del Espíritu Santo una fuerza particular y una misión a favor de sus hermanos en la fe.
7. Matrimonio: Sólo tiene lugar cuando un hombre y una mujer libremente quieren vivir juntos el amor, ser fecundos y así convertirse en signo del mismo Dios. Se lleva a cabo mediante una promesa hecha ante Dios y ante la Iglesia que es aceptada y sellada por Dios.
Tomado del YOUCAT, capítulos 2 y 3.
VIDEO
PARÁBOLA: Los trabajadores de la viña
LOS TRABAJADORES DE LA VIÑA Mt 20, 1-16
Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña.
Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña.
Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza,
les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo'.
Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: '¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?'.
Ellos les respondieron: 'Nadie nos ha contratado'. Entonces les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'.
Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: 'Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros'.
Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario.
Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario.
Y al recibirlo, protestaban contra el propietario,
diciendo: 'Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada'.
El propietario respondió a uno de ellos: 'Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario?
Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti.
¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?'.
Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos".
VIDEO
VIDEO LOS TRABAJADORES DE LA VIÑA
Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña.
Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña.
Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza,
les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo'.
Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: '¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?'.
Ellos les respondieron: 'Nadie nos ha contratado'. Entonces les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'.
Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: 'Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros'.
Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario.
Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario.
Y al recibirlo, protestaban contra el propietario,
diciendo: 'Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada'.
El propietario respondió a uno de ellos: 'Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario?
Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti.
¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?'.
Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos".
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VIDEO LOS TRABAJADORES DE LA VIÑA
lunes, 19 de octubre de 2015
LOS 4 EVANGELISTAS
MATEO
Mateo era recaudador de impuestos. Los recaudadores eran muy mal vistos por el pueblo, pues se les consideraba ladrones. Sin embargo, Jesús se fijó en él para que formara parte de "los doce apóstoles".
MARCOS
Fue muy amigo de san Pedro e, incluso, hacía de secretario suyo. De Pedro y de otros apóstoles recogió los datos para escribir su evangelio, que es el primero que se escribió. En él da a conocer a Jesús a los paganos que se habían convertido al cristianismo.
LUCAS
Nació en Antioquía de Siria. Era médico y se convirtió al cristianismo. No conoció a Jesús personalmente, pero sí a los apóstoles y, quizá, a María. Fue muy amigo de san Pablo y compañero suyo en algunos de sus viajes. Su evangelio es claro y directo, y es en el que más cosas se cuentan de la infancia de Jesús. También escribió el libro de los Hechos de los apóstoles sobre la vida de los primeros cristianos.
JUAN
Juan era hermano de Santiago, y ambos eran pescadores, como su padre, Zebedeo. Juan era el más joven de los doce apóstoles y también el preferido de Jesús.
Jesús, desde la cruz, le pidió que cuidara de María como si fuera su madre, y así lo hizo.
Juan escribió el cuarto evangelio, donde habla del amor de Jesús a los hombres y de cómo debemos amarnos los unos a los otros. También se le atribuyen tres cartas del Nuevo Testamento.
PARÁBOLA DEL FARISEO Y EL PUBLICANO
EL FARISEO Y EL PUBLICANO
Evangelio según Lucas 18, 9-14
Jesús dijo esta parábola por algunos que estaban convencidos de ser justos y despreciaban a los demás. «Dos hombres subieron al Templo a orar. Uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, puesto de pie, oraba en su interior de esta manera: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros, o como ese publicano... Ayuno dos veces por semana y doy la décima parte de todas mis entradas.”
Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador.”
Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace grande será humillado y el que se humilla será enaltecido.»
Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador.”
Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace grande será humillado y el que se humilla será enaltecido.»
VIDEO
VIDEO PARÁBOLA FARISEO Y PUBLICANO
¿Qué aprendemos de esta parábola?
1. A Dios no le impresionan los religiosos. Ser religioso no significa que agradamos a Dios. El fariseo, fue corregido por Jesús porque su religiosidad y su oración estaban vacías. En cambio, el publicano, que no era un religioso tenía un corazón que agradaba a Dios.
2. El orgullo mata nuestra relación con Dios.
El fariseo no dejó de hablar de sí mismo, de todas las obras buenas que hacía, oraba para él mismo no para Dios. Dios no podía oírle.
3. Dios quiere que la oración salga de un corazón sincero y humillado
El publicano, a pesar de ser un hombre poco religioso se sentía pecador, reconoció su situación y su necesidad de Dios, con su cabeza baja se golpeaba en el pecho mostrándose humilde. Nuestra oración debe ser de corazón y no como la del fariseo que se sentía orgulloso por orar de esa manera.
2. El orgullo mata nuestra relación con Dios.
El fariseo no dejó de hablar de sí mismo, de todas las obras buenas que hacía, oraba para él mismo no para Dios. Dios no podía oírle.
3. Dios quiere que la oración salga de un corazón sincero y humillado
El publicano, a pesar de ser un hombre poco religioso se sentía pecador, reconoció su situación y su necesidad de Dios, con su cabeza baja se golpeaba en el pecho mostrándose humilde. Nuestra oración debe ser de corazón y no como la del fariseo que se sentía orgulloso por orar de esa manera.
Esta parábola nos enseña que hay personas que oran solo para que las demás personas escuchen y no para Dios. Ven y dicen a viva voz los defectos de otras personas, pero no se dan cuenta el error tan grande que están cometiendo dirigiéndose así a Jesús.
El publicano ni siquiera se animaba a mirar a los cielos porque sentía vergüenza de él mismo y le pedía a Dios misericordia por sus pecados. Pero Jesús lo justificó y reprobó al fariseo.
Dios tiene el cielo abierto para todas aquellas personas que deseen acercarse a Él. No importa el nivel social, solo importa el disponer en nuestro corazón el que la palabra de Dios entre a nuestras vidas y la pongamos en práctica.
El publicano ni siquiera se animaba a mirar a los cielos porque sentía vergüenza de él mismo y le pedía a Dios misericordia por sus pecados. Pero Jesús lo justificó y reprobó al fariseo.
Dios tiene el cielo abierto para todas aquellas personas que deseen acercarse a Él. No importa el nivel social, solo importa el disponer en nuestro corazón el que la palabra de Dios entre a nuestras vidas y la pongamos en práctica.
PARÁBOLA DEL SEMBRADOR
SEMBRADOR
5 «El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, fue pisoteada y las aves del cielo se la comieron. 6 Otra parte cayó sobre la piedra y, después de nacer, se secó, porque no tenía humedad. 7 Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella la ahogaron. 8 Y otra parte cayó en buena tierra, nació y llevó fruto a ciento por uno».Hablando estas cosas, decía con fuerte voz: «El que tiene oídos para oir, oiga».
VIDEO
PARÁBOLA LA CASA SOBRE ROCA Y ARENA
“Jesús dice: El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente”.
VIDEO PARÁBOLA ROCA Y ARENA 1
VIDEO PARÁBOLA ROCA Y ARENA 1
VIDEO PARÁBOLA ROCA Y ARENA 2
Reflexión
Quien las escucha y las pone en práctica es comparable a un hombre relfexivo que, queriendo construir una casa, eligió un lugar rocoso. Sin duda le costó construir los cimientos. Tuvo que trabajar a base de pico y cincel, hacerse callos en las manos, cansar sus espaldas. Pero luego pudo colar su argamasa en los huecos abiertos en la roca, y meter en ellos los ladrillos bien apretados, como en muralla de baluarte, y así la casa se fue alzando sólida como un monte. Vinieron las inclemencias del tiempo, los turbiones; las lluvias desbordaron los ríos, silbaron los vientos, azotaron las olas...y la casa resistió todo. Así es el hombre que tiene una fe bien cimentada. Sin embargo, quien escucha con superficialidad y no se esfuerza en grabar en su corazón sus palabras - porque sabe que para hacerlo debería esforzarse, padecer dolor, extirpar demasiadas cosas - es semejante a aquel hombre que por pereza y necedad edifica su casa sobre la arena. En cuanto llegan las inclemencias, la casa, pronto construida, cae pronto, y el necio se queda mirando, desolado, sus ruinas y la quiebra de su capital. Pues has que tener en cuenta que en nuestro caso es peor que un derrumbamiento - que se podría, no sin gastos y esfuerzos, reparar todavía -; en este caso, una vez derrumbado el edificio mal construido de un espíritu, nada queda para volver a edificarloReflexión
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